La repoblación con faisanes para cazar provenientes de granjas cinegéticas, tiene como principal limitación el escaso instinto salvaje de estas aves que las hace muy vulnerables en el proceso de adaptación al medio natural, siendo su incapacidad de defensa ante los predadores su mayor debilidad.
Además estas aves al haber sido criadas en cautividad no han desarrollado óptimamente ni su musculatura, ni su plumaje ni su instinto de supervivencia lo que le resta deportividad a su caza aunque sean de líneas genéticas seleccionadas
Las formas tradicionalmente mas utilizadas para la suelta de faisanes son la suelta directa desde las jaulas de transporte y la utilización de lo que se puede denominar parques cerrados.
En el primer caso los animales son soltados directamente tras un estresante viaje en un medio que les es completamente extraño donde se sienten desorientados.
Las primeras horas en libertad son determinantes, especialmente la noche cuando muchos mueren victimas de los abundantes predadores. Los parques de suelta cerrados están pensados para que los animales pasen en ellos un corto periodo de tiempo, 2 o 3 días, que les permita tomar contacto con el entorno, aunque solo sea visual, de forma que cuando quedan el libertad no se comporten alocadamente sino que se vayan repartiéndose según van reconociendo el terreno, pero siguen siendo animales poco “duros” para enfrentarse al medio silvestre.
Pese a los inconvenientes de los sistemas tradicionales algunos faisanes logran sobrevivir e incluso criar cuando se sueltan en un medio favorable como es el de los cotos de El Portal y Valdedios
Un método relativamente nuevo de repoblar con faisanes son los parques o voladeros a cielo abierto. Este sistema se viene utilizando en Francia y Gran Bretaña desde hace veinte años y está considerado como el de mejores resultados.
Se trata de un proceso progresivo de integración de los faisanes en el ecosistema facilitando su supervivencia. Básicamente son cercones no cerrados por la parte superior lo que permite a los faisanes entrar y salir volando en un estado de total libertad pero poniendo a su disposición un recinto de refugio.
En estos parques se introducen los pollos de 7 semanas de edad, cuando todavía no vuelan.
Se van desarrollando dentro del parque en un ambiente muy similar o igual al que se van a encontrar cuando salgan.
Como provienen de recintos donde no tenían que buscar la comida ni el agua se les ayuda con bebederos y comederos que paulatinamente van siendo sustituidos por grano esparcido por el parque desarrollando su instinto de búsqueda de alimento. Aproximadamente a las 10 semanas son capaces de volar y saldrán al exterior donde ya sabrán alimentarse sin dificultad.
El voladero es un recinto cerrado por malla metálica y/o plástica de al menos 2m de altura. Todo el parque esta rodeado por dos líneas de pastor eléctrico colocadas a escasa altura del terreno con el objeto de impedir la entrada de predadores. Para facilitar el refugio de las aves cuando se encuentran fuera del jaulón en sus alrededores, se instalan unas entradas en la malla a modo de gateras lo que les permite ponerse a salvo.
Es necesario que cada faisán disponga de 15 a 20 m2 de superficie por lo que el parque debe ser grande para contener un número significativo de aves.
A partir de 0,5 ha (330 faisanes) son los mas adecuados. Imprescindible que haya árboles en su interior pues el faisán silvestre duerme subido en las ramas para ponerse a salvo de sus enemigos terrestres. Este instinto también lo desarrollarán en el voladero ya que en sus centros de cría están siempre en el suelo.
Además es muy importante que haya matorral donde se puedan ocultar de las aves rapaces. Los bordes de la malla de cerramiento por el contrario deben quedar despejados tanto por el interior como por el exterior para conseguir el correcto funcionamiento del pastor eléctrico y facilitar los trabajos de mantenimiento de la instalación.
Los voladeros a cielo abierto cuando permanecen todo el año en funcionamiento, son también utilizados por los faisanes como zonas de cría. Esta tiene más éxito ya que las faisanas no son molestadas por sus enemigos.
A modo de ensayo se va a construir un voladero a cielo abierto de 1.000 m2 que nos permita tomar contacto con este método de repoblación y acometer proyectos mas ambiciosos.